Así me siento yo cuando hago el amor. Siento una mezcla de energía con la otra persona, que me hace viajar y fundirme en el Cosmos. La energía de mi orgasmo es una pequeña parte de mí misma que se va y acaba mezclándose con el Universo, y cuando acabo rendida, vuelvo a mi estado humano.
Érase un vez la historia de una risa de esas que se hacen con los ojos.
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